Un borracho huye de la policía en silla de ruedas – ¡caída incluida!

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Un alcohólico huyó de la policía en una silla de ruedas motorizada el 20 de junio de 2025 en Künzelsau.

Ein alkoholisierter Mann flüchtete am 20.06.2025 in Künzelsau auf einem motorisierten Rollstuhl vor der Polizei.
Un alcohólico huyó de la policía en una silla de ruedas motorizada el 20 de junio de 2025 en Künzelsau.

Un borracho huye de la policía en silla de ruedas – ¡caída incluida!

En Künzelsau, distrito de Hohenlohekreis, se produjo un extraño incidente: un hombre de 48 años, bajo los efectos del alcohol, huyó de una patrulla policial en su silla de ruedas motorizada. La intervención policial se produjo después de que el hombre ignorara varias señales de alto, lo que finalmente provocó una persecución y posterior choque tanto para el usuario de silla de ruedas como para un policía que intentó detenerlo. Ambos resultaron levemente heridos mientras escapaban, lo que subrayó aún más lo absurdo de la situación.

La extraña persecución comenzó cuando la policía intentó controlar al hombre ebrio. Pero en lugar de detenerse, la víctima aceleró en su silla de ruedas, lo que se cree que le impidió conducir con seguridad debido a su alto nivel de alcohol, que según una prueba de alcoholemia era de alrededor de 1,2 por mil. Se dirigió a un callejón sin salida que luego se convirtió en un camino peatonal. Los agentes tuvieron entonces que bajarse de la patrulla para perseguir al hombre a pie.

Base jurídica y consecuencias.

Según el Tribunal Supremo de Baviera, las sillas de ruedas motorizadas se consideran vehículos. Esto significa que su consumo bajo los efectos del alcohol es un delito penal, ya que están contemplados en el artículo 316 del Código Penal sobre conducción en estado de ebriedad. Un ejemplo de ello es el caso en el que otro hombre se dirigió a la gasolinera en una silla de ruedas motorizada, borracho y con una tasa de alcohol en sangre de 1,25, y recibió una multa de 1.500 euros, a pesar de no haber cometido ningún error al conducir. Esto ilustra las estrictas normas legales que también se aplican a este tipo de vehículos. Existen límites específicos para usuarios de sillas de ruedas que dependen del tipo de silla de ruedas. Para las sillas de ruedas motorizadas, el límite es de 1,1 por mil, mientras que para las bicicletas el límite es generalmente de 1,6 por mil.

Los incidentes relacionados con el usuario de silla de ruedas ebrio en Künzelsau plantean importantes cuestiones sobre la seguridad y el marco legal para las personas que dependen de ayudas motorizadas. Si bien estos vehículos brindan movilidad, también plantean peligros, especialmente cuando los conductores están bajo la influencia del alcohol. Por lo tanto, el debate sobre las sanciones apropiadas y los derechos de movilidad asociados para las personas con discapacidad ha vuelto a ser el centro de atención, ya que las prohibiciones de conducir suelen ser desproporcionadamente gravosas para estas personas.

Aspectos importantes de la movilidad

Los tribunales ya han demostrado en sus evaluaciones que es necesaria una distinción entre sillas de ruedas eléctricas y otros vehículos motorizados. Las sillas de ruedas con motor eléctrico tienen velocidades y masas más bajas, lo que significa que se considera que su potencial de riesgo es menor. Al mismo tiempo, se pueden utilizar en muchas zonas donde no se permiten bicicletas. Esto requiere una consideración especial y un manejo sensible de los requisitos legales para no restringir innecesariamente la movilidad de las personas afectadas.

El hombre de 48 años de Künzelsau se enfrenta ahora a varios cargos derivados de este incidente. La tragedia del incidente pone de relieve cuán complejos son los problemas de conducir en estado de ebriedad y los derechos de las personas con discapacidad.