Crisis tras las rejas: cómo las prisiones quieren prevenir los suicidios

Crisis tras las rejas: cómo las prisiones quieren prevenir los suicidios

En las prisiones alemanas, los presos luchan no sólo contra el aislamiento y la pérdida de su libertad, sino también contra un grave estrés emocional. Los frecuentes temores a la violencia, la sensación de pérdida de control y la vergüenza por los crímenes que han cometido suponen una pesada carga para los encarcelados. Este problema se toma en serio el Grupo de Trabajo Federal para la Prevención del Suicidio (BAG), que registró un total de 1.794 suicidios de presos en Alemania entre 2000 y 2023, entre ellos 1.736 hombres y 58 mujeres. En promedio, esto significa 72 suicidios por año, con fluctuaciones extremas: mientras que en 2000 se registraron 117 suicidios, en 2019 solo hubo 43.

La situación es igualmente alarmante en Baden-Württemberg. En los últimos diez años se han suicidado aquí 89 hombres de entre 17 y 79 años. El método más común es el estrangulamiento, lo que pone de relieve las opciones de supervisión, a menudo inadecuadas, en las prisiones. La tasa más alta se registró en 2016, 2021 y 2022, cada uno con 12 suicidios. Por el contrario, las cifras más bajas se produjeron en 2018 y 2020, donde solo se documentaron cinco suicidios cada uno.

Factores de riesgo en el sistema penitenciario

El riesgo de suicidio es particularmente alto para ciertos grupos de presos. Entre ellos se incluyen presos en prisión preventiva, presos jóvenes y mayores, así como aquellos con largas penas de prisión o enfermedades mentales. Existe un mayor riesgo, especialmente en los primeros días después del encarcelamiento. Según las encuestas del BAG, el riesgo de suicidio en prisión preventiva es mayor que en prisión.

Para identificar tempranamente a los presos en riesgo, a finales de 2022 se introdujo un proceso de selección. Este examen se lleva a cabo inmediatamente después de la llegada del recluso como parte de una entrevista inicial. Es un paso en la dirección correcta para brindar a los presos vulnerables el apoyo que necesitan. Los funcionarios de prisiones tienen el deber crucial de protección y cuidado y deben participar activamente en la prevención del suicidio.

Infraestructura y medidas de prevención

Para mejorar la situación, algunas cárceles ya cuentan con celdas vigiladas por cámaras para presos suicidas. Además, los conceptos actuales para la nueva prisión de Rottweil muestran que ya se están integrando enfoques de prevención del suicidio en la fase de planificación y construcción. Entre ellas se incluyen salas de detención especiales cuyo objetivo es crear una atmósfera positiva para el trato a los reclusos y al mismo tiempo permitir el control necesario por parte del personal.

Hasta 2024, en Baden-Württemberg ya se han documentado 332 intentos de suicidio. El número más alto se registró en 2017 con 43 intentos, mientras que en 2020 solo se documentaron 17. Contrariamente a la creencia popular, los estudios muestran que muchos presos padecen enfermedades psiquiátricas, que se consideran un factor de riesgo para el comportamiento suicida. Los sistemas de apoyo dentro de la prisión, como el apoyo de reclusos experimentados a reclusos en situación de riesgo, representan otro enfoque para prevenir y mejorar la salud mental en prisión.

Los desafíos de la prevención del suicidio en el sistema penitenciario son complejos y requieren medidas y estrategias integrales. Expertos y organizaciones como la BAG se esfuerzan por mejorar las condiciones de vida de los presos y reducir de forma sostenible el riesgo de comportamientos suicidas.

En resumen, es indiscutible la necesidad de implementar efectivamente conceptos de prevención del suicidio en las prisiones alemanas. El objetivo es utilizar medidas adecuadas para proteger la vida y la salud mental de los presos y reducir de forma sostenible las tasas de suicidio.

Para obtener más información, lea Regenbogen.de, SpringerLink y otros estudios en profundidad sobre este tema.